Los dientes pueden durar toda la vida, independientemente de la edad. Para ello debemos mantener unas pautas para una buena salud bucodental:
- Cepillar tres veces al día con pasta de dientes, utilizar el hilo dental a diario y limpiar la lengua (para ello podemos encontrar en farmacias un instrumento limpiador lingual).
- Visitar al dentista periódicamente para revisar y realizar limpiezas profesionales. Las caries y el consiguiente deterioro de las superficies radiculares de los dientes son más comunes en las personas mayores.
A pesar de estos cuidados, la toma de medicamentos, algunos trastornos generales de la salud comunes en la tercera edad y el uso de prótesis dentales pueden llegar a ocasionar algunas alteraciones referidas a la salud bucodental. Pero con la ayuda del dentista se podrá resolver la mayoría de esos problemas.
La sensibilidad puede agravarse con la edad. Las encías se retraen con el tiempo, exponiendo zonas del diente que no están protegidas por el esmalte. Esas zonas son particularmente sensibles al dolor ante alimentos o bebidas frías o calientes.
En algunos casos puede presentarse incluso sensibilidad al aire frío, a bebidas y/o alimentos ácidos y dulces. Si experimentas sensibilidad, prueba una pasta dental para dientes sensibles. Si el problema persiste, consulta al dentista.
La sequedad de la boca es un trastorno común en la tercera edad y puede ser causado por medicamentos o por algunas enfermedades. Si no se trata, puede dañar los dientes. Tu dentista te recomendará el tratamiento para evitar los problemas relacionados con la sequedad bucal.
Algunas enfermedades, como diabetes, afecciones cardíacas o cáncer pueden afectar a la salud bucodental. Por lo tanto comunica a tu dentista cualquier problema de salud.
Las prótesis dentales hacen la vida más fácil a las personas mayores, pero requieren cuidados especiales. Sigue cuidadosamente las instrucciones del dentista y visítalo si surge algún problema. Se recomienda un examen anual.
Por último no olvidemos la enfermedad periodontal, esta puede afectar a personas de todas las edades, pero especialmente a mayores de 40 años.
Hay diversos factores que la pueden agravar:
- Una dieta inadecuada.
- Una higiene bucal deficiente.
- Enfermedades sistémicas, como diabetes, afecciones cardíacas y cáncer.
- Factores ambientales como: el estrés y el tabaquismo.
- Ciertos medicamentos que afectan el estado de las encías.
No debemos olvidar las revisiones periódicas que aseguran la detección y tratamiento de esta afección.
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